Rev. Padre Víctor Caviedes

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Grupo de parejas en marcha

En el plan de Dios la Familia descubre no sólo su identidad, sino también su misión de custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida. Los padres están llamados a ser los primeros educadores en la fe de sus hijos (Juan Pablo II)

    

La Amistad :

La amistad es sinónimo de amor y no de cualquier amor; sino de uno de los más desinteresados y más fuertes que puede vivir un ser humano.
Jesús mismo nos dice a quienes queremos ser sus discípulos :

"Yo los llamo amigos porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos " Jn 15, 13-14.
Dar la vida va mucho más allá de un afecto sensible, de una armonía de carácter, no es una idea, es una forma de vida.
Dar la vida apunta más lejos de su simple compañerismo o una buen disposición de acompañar "en las buenas y en las malas".

 

Dar la vida significa entrar en las dimensiones más profundas de la amistad, implica vivirla con esa intensidad y esa calidad que nos enseña nuestro maestro: Jesucristo.


Cristo vivió la amistad.  Los hermanos Lázaro, Marta y María fueron amigos de Jesús. Jesús llama a Lázaro "nuestro amigo" y "lloró" por él, al punto que los presentes exclamaron: "Cómo lo amaba"(Jn 11, 1-44).

 

Jesús también nos dice: "Vengan a mí todos los que se sientan agobiados y yo los aliviaré" (Mt 11,28); esta invitación es un estímulo a vivir la amistad como una actitud de amor disponible, generoso y sacrificado.


 

Bienaventuranzas del Amigo de Amigos: de Julio C. Labaké ed Bonum

Feliz de aquel que tiene un amigo con quien compartir sus alegrías,  su dolor, sus momentos de debilidad.
Feliz de aquel que tiene un amigo que le devuelva la certeza de la luz, en los momentos de oscuridad e incertidumbre.
Feliz de aquel que vive generando amistad por donde pasa. Nunca se encontrará solo en el camino.
Felices los que superando viejos atavismos y el positivismo de las ciencias, llegan a la amistad con Dios. Viven habitados por El; Amigo.
Felices los que en la intimidad de su interior, viven dialogando con Dios. El Amigo. Nunca se duermen sin la esperanza de la aurora.
Felices los han llegado a reconocer el rostro de Dios. El Amigo. Y en cada  día , en lugar de miedo sienten la confianza renovada por una sonrisa que los llama al camino.